3 consejos para prevenir la sensibilidad dental en el calor del verano
Estas son las razones por las que los dientes se vuelven más sensibles en la temporada de calor.
La ola de calor que se ha dejado sentir en Portugal pide paseos al aire libre, días de playa y piscina y muchas ganas de helado, fruta fresca y bebidas refrescantes. Sin embargo, momentos como comer un helado o tomar una bebida fría, que se espera que sean placenteros, se convierten en momentos de dolor y malestar cuando existe sensibilidad dental.
Aunque la temporada no provoca naturalmente la sensibilidad dental, el consumo frecuente de comidas y bebidas frías en verano son estímulos externos para este problema dental, pero existen formas de evitarlo. Para disfrutar del verano lejos de la sensibilidad dental, clínicas especializadas dejan tres consejos a tener en cuenta:
Evitar o moderar el consumo de refrescos
Tomar un refresco en una terraza junto al río/mar suele ser el mejor plan del verano portugués, pero lo cierto es que los refrescos aceleran el desgaste del esmalte. Por ello, se recomienda reducir al máximo el consumo de refrescos u optar por bebidas naturales. En cualquiera de los dos casos, la mejor forma de beber bebidas es a través de una pajita para evitar el contacto entre el líquido y los dientes.
No cepillarse los dientes inmediatamente después de las comidas
El verano pide dientes limpios y aliento fresco, pero hay un tiempo para respetar. Los alimentos y bebidas ácidos (frutas y vino, por ejemplo) suavizan el esmalte y hacen que los dientes sean más sensibles. Por lo tanto, es fundamental evitar cepillarse los dientes inmediatamente después de consumir estos alimentos y bebidas para evitar daños. La recomendación es cepillarse los dientes por la mañana y por la noche y beber agua o leche después de comer alimentos ácidos para ayudar a equilibrar los niveles de acidez en la boca.
Actualizar el cepillo de dientes
Practicar una buena higiene bucal es clave para mantener a raya los problemas dentales, pero cepillarse los dientes con demasiada frecuencia puede provocar sensibilidad dental. Por lo tanto, cambiar los cepillos de dientes por uno de cerdas suaves ayuda a reducir el impacto del lavado en la superficie dental y, por lo tanto, no daña el esmalte, evitando la sensibilidad.
Aunque se recomienda intensificar los cuidados con la alimentación y la higiene bucal en verano, la sensibilidad dental no es estacional. Se refuerza así la importancia de cuidar la salud bucodental durante todo el año, adoptando hábitos de higiene regulares adaptados a cada necesidad, así como la importancia de buscar la ayuda de un dentista u ortodoncista para conservar la sonrisa perfecta.