Familiares de pacientes piden el fin del Electroshock

Protestas en Santiago contra el ‘electroshock’: «Hay otras terapias, pero esta es más fácil y barata»

Este martes, la Asociación de Pacientes del CHUS convocó una reunión en la capital gallega para denunciar el caso de Iván, un chico de Arzúa que se incorporó a Conxo y se sometió a terapias electroconvulsivas con visto bueno judicial, pese a su oposición y a su familia, que piden que lo den de alta.

El presidente de la Asociación de Pacientes y Usuarios del CHUS, Fernando Abraldes, denunció a los medios de comunicación que Iván entró en el centro psiquiátrico de Conxo «completamente consciente» y que «no quería ser tratado con terapia de ‘electroshock'».

“Estando admitido —prosiguió Abraldes— el chico tenía capacidad para decidir sobre su abogado y procurador, pero se le quita la capacidad para decidir sobre su salud y su cuerpo”, y eso, insistió, “es una incongruencia”. En el caso de Iván, lamentó, “se están vulnerando derechos fundamentales”.

Fernando Abraldes ha señalado que en Galicia los ‘electroshocks’ «los están aplicando en las uñas unas 3.000 personas», pero «no se hace en todo el territorio». Así, ha señalado que áreas sanitarias como las de Lugo y Ourense no permiten el uso de esta herramienta «por motivos éticos». También explicó que este caso «no es el único» en el Hospital de Conxo y subrayó que este tipo de tratamientos «no tienen respaldo científico» y «pueden producir daños en la memoria y en el cerebro».

 

Los especialistas difieren sobre la conveniencia de utilizar terapias electroconvulsivas
Sobre la situación del joven de Arzúa ha señalado que «parece que ha tenido la séptima sesión» y «espera que le den el alta en breve, en dos o tres días». Abraldes insistió en que «hay otras alternativas» que requieren «otros medios psicológicos, seguimiento y tiempo», pero esto «no se quiere porque el ‘electoschok’ es mucho más fácil y económico».

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