Es un apelativo para referirse a las personas de Almería, un apodo que surge debido a la poca higiene que había debido a la escasez de agua en la región. Esto provocaba que las personas tuviesen tracoma, una infección en el ojo que causa ceguera. Esto puede provocar la aparición de úlceras en la córnea y la pérdida de visión.
Muchos de los habitantes se enfermaban, por el clima seco, la salinidad del mar, trabajar bajo el sol y el aire seco. Esto hacía que las personas torpemente se frotaran los ojos con las manos sucias, causando infecciones severas, las cuales producen legañas o la ya mencionada tracoma.
La infección causaba irritación y picazón en el área de los parpados, por lo que muchos daban por hecho que era una simple comezón que les afectaba por las jornadas de trabajo, bajo el clima severo de las zonas agricultoras de aquel entonces.
Para aquel entonces, ya el apodo era humillante y despectivo, porque al sufrir de tracoma, significaba que trabajabas en el campo, que solía ser un trabajo mal remunerado. Las personas que vivían en las zonas campestres para aquella época eran artesanos que se dedicaban a la fabricación de alforjas, sillas, alfombras o cuerdas, utensilios de baja calidad que luego intercambiaban o vendían, el problema de esto era que contagiaban a otras personas por la indebida manipulación, ya que trasmitían las mucosidades de sus ojos a través del contacto.
Por tal motivo, Almería se conoce como la tierra de las tres cosechas: legañosos, lagartos y esparto.
Hoy en día el término quedó para referirse a las personas que trabajan con el esparto, personas que se dedican a crear diferentes utensilios y objetos comunes.